Asociación Junta Gestora de Montes
La Cuenca - Soria

LA DESAMORTIZACIÓN


Proceso político y económico de larga duración en España (1766-1924), en el cual la acción estatal convirtió en bienes nacionales las propiedades y derechos que hasta entonces habían constituido el patrimonio amortizado (sustraído al mercado libre) de diversas entidades civiles y eclesiásticas para enajenarlos inmediatamente en favor de ciudadanos individuales. Las medidas estatales afectaron a las propiedades plenas (fincas rústicas y urbanas), a los derechos censales (rentas de variado origen y naturaleza), y al patrimonio artístico y cultural (edificios conventuales, archivos y bibliotecas, pinturas y ornamentos) de las instituciones afectadas.


La Desamortización fue un largo proceso de acontecimientos de carácter jurídico, económico y social que marcaron el paso del sistema de propiedad del Antiguo Régimen, en el que subsistían abundantes vestigios de carácter feudal y propiedad amortizada, a un sistema de propiedad capitalista y liberal en el que todo titular de una propiedad lo es de una manera plena, libre e individual.


Los sucesivos intentos de acabar con la propiedad amortizada en manos muertas fueron sucediéndose con mayor o menor fortuna a lo largo de ese periodo, desde Godoy a finales del siglo XVIII hasta principios del siglo XX .


Entre las fases de este proceso prestaremos atención especialmente a dos, la de Mendizabal, que dio nombre al proceso y la de Madoz, que en el caso de La Cuenca fué la que propició la adquisición del monte por parte de los vecinos.


La desamortización de Mendizabal 1834-1854.


Ante la mala situación de Hacienda, Mendizabal juzgó que había que recurrir a nuevas “fuentes” de financiación, poniendo en venta bienes de la extinguida Inquisición y de la Compañía de Jesús .


La llamada Desamortización está expresada por varios decretos, declarando extinguidos los conventos, colegios, congregaciones, etc., adjudicándose sus bienes al Estado y ordenándose su venta para pagar la Deuda pública. La desamortización se plasmó en dos disposiciones, la primera suprime las órdenes religiosas (octubre 1835) y la segunda (febrero 1836), determina el sistema de venta de los bienes nacionalizados.

¿Cómo se estableció la venta? Se crearon lotes de tierras que tendrían una extensión media y su precio se acomodaría a las necesidades del comprador. En realidad se produjeron muchas arbitrariedades. La forma de pago tendrían preferencia los titulares de Deuda Pública, de esta manera el Estado se quitaría acreedores pero al valor nominal con lo cual en efectivo se produjeron pocos ingresos y además se podía aplazar el pago hasta 16 años.


Los compradores fueron mayoritariamente burgueses, algún terrateniente y la nobleza. Se consolidó el régimen de propiedad de la tierra característico desde la Edad Media: latifundismo en Andalucía y Extremadura y minifundismo en el norte peninsular,  perjudicó a los campesinos, ahora eran asalariados sin tierras, los cambios propiciaron éxodo rural masivo del campo a la ciudad o al exterior (América), ) no se aumentó la productividad aunque si aumenta la producción porque se ponen a cultivar tierras antes no cultivadas.


Para F. Tomás y Valiente la “desamortización era necesaria por razones económicas y sociales, por tanto era justa, pero el procedimiento y los fines que pretendía tenían que haber sido distintos”, para el diputado Flórez Estrada (1765-1853) “si se hubieran entregado las tierras a los campesinos en régimen de arrendamiento en enfiteusis, (cesión temporal del dominio útil a cambio del pago anual) si hubieran puesto en explotación todas las tierras y el Estado nunca habría perdido la propiedad”


La desamortización de Madoz 1855.


El 1 de mayo de 1855 se aprovó  la Ley de Desamortización General. Se llamaba “general” porque se ponían en venta todas las propiedades rústicas y urbanas pertenecientes a la Iglesia, que no habían sido vendidos en la etapa anterior, los bienes de propiedad municipal, de propios y comunes, esta  nueva ley tendrá como objeticos:


1- Cubrir el déficit presupuestario del Estado, sanear la Hacienda, recaudar dinero en efectivo y retirar deuda.

2- Financiar obras públicas de interés general (Ferrocarril, Canal de Isabel II)

3- Eliminar las propiedades de manos muertas, poner en explotación más tierras.


¿Cómo se llevó a cabo?:

La nueva Ley se desarrolló a gran velocidad, mediante el pago de un 10% de entrada y el resto aplazado, y admitiéndose sólo el abono en efectivo,en casos excepcionales se aceptaban los Títulos de deuda por su valor real (se fijaría este valor el día anterior a producirse la subasta).


El carácter general de esta desamortización, que afecta tanto a las instituciones eclesiásticas como civiles, saca a subasta un buen número de fincas de menor calidad y mucho más parceladas y, por tanto, menos apetecibles para los grandes compradores y más asequibles para los pequeños.


Encontramos, en general, mayor participación campesina (en número y adquisiciones) y un aumento considerable en el número de compradores. Incremento que tal vez sea más significativo, incluso, en las zonas latifundistas, donde, vendidas ya las mejores fincas de la Iglesia, las que ahora salen a subasta, de menor tamaño y valor, por tanto, menos apetecibles para los grandes compradores y más asequibles para los pequeños,no atraen en igual medida a al burguesía local y mucho menos a la foránea.



En Soria el 47 por 100 de los compradores son rurales en la desamortización de Mendizábal y el 82 por 100 en la de Madoz, presumiblemente, pequeños y medianos labradores.


Balance


La inversión en la tierra frenó notoriamente el desarrollo industrial: el capital inversor se desvió y se hizo rentista. Pero también el de la agricultura: no hubo una inversión fuerte en modernizar la agricultura. Se prefirió especular y ajustar las rentas, y aumentar la extensión cultivada antes que aumentar la productividad.


El trasiego de propiedad agraria fue gigantesco: unos 30 millones de Ha. de tierra laborable


En las ciudades, el patrimonio inmueble movilizado fue también enorme: la ciudad española del XIX cambió su faz, permitiendo “ensanches”, nuevas vías … y la aparición de edificios públicos de carácter histórico muy relevantes (museos, diputaciones, cuarteles …)


La pérdida de patrimonio cultural, especialmente en bienes muebles (libros, pinturas, esculturas, mobiliario …), pero también en inmuebles que se arruinaron, fue ingente. Hubo que crear los museos provinciales para salvar algo.


La Iglesia perdió la base del poder económico, pero se le compensó con largueza mediante el sostenimiento a cargo del presupuesto público y el predominio en la enseñanza.